23.1.14

Ataque y copamiento del Regimiento de Infantería Mecanizado 3 General Belgrano y del Escuadrón de Exploración de Caballería Blindado 1, con asiento en La Tablada


 El 23 de enero de 1989, siendo las 6.15 un grupo de aproximadamente 45/50 personas, entre las cuales se incluían varias mujeres, irrumpió en los cuarteles de la unidad y subunidad señaladas, tras embestir y derribar el portón de entrada de la guarnición, utilizando un camión de transporte de gaseosas –que había sido robado minutos antes- y cinco o seis automóviles.

 En dicha operación inicial fue asesinado el soldado apostado en esa entrada sin que tuviese la oportunidad de hacer uso de su arma reglamentaria. Acto seguido fue tomado el local de la guardia de prevención, permaneciendo en él varios subversivos, mientras el resto ingresaba con los vehículos al interior del cuartel.  En esta operación participaron dos grupos debidamente identificados: uno que ingresó al cuartel en la forma ya indicada y otro, no identificado, que actuó fuera de las instalaciones militares, en actividades de hostigamiento (francotiradores), como así también en agitación popular y apoyo sanitario, llevadas a cabo por personal mimetizado entre la población civil que rodeaba a los cuarteles.
 
 Las acciones posteriores tuvieron como objetivos prioritarios, además de la tarea inicial de la guardia de prevención, apoderarse de las instalaciones de la plana mayor de la unidad de infantería, los casinos (oficiales y suboficiales) y una o más subunidades, con la finalidad de sustraer armamento y municiones.
 
 Inicialmente sólo pudieron concretar la toma del edificio de la plana mayor, donde fue asesinado el 2do. jefe del Regimiento 3, mayor Horacio Fernández Cutiellos y del casino de suboficiales, en el que mantuvieron como rehenes un número importante de suboficiales y soldados.
 
 Debido a los escasos efectivos que se encontraban en el cuartel como consecuencia de la licencia anual y a la hora en que se produjo el ataque, oportunidad en que el personal aún no había regresado del franco de fin de semana, el grupo terrorista logró el copamiento de la unidad militar en un reducido lapso, explotando el factor sorpresa y la capacidad de fuego con que contaban.
 El concepto de esa operación, planeada y comandada desde fuera de las instalaciones militares por Enrique Gorriarán Merlo, fue claramente determinado por la documentación secuestrada durante y después de las acciones de recuperación de las instalaciones militares, entre la cual se encontraba la proclama inicial que pretendían difundir por emisoras radiales, previo copamiento de éstas; una segunda proclama en la cual se instrumentaba un plan de emergencia luego que el "gobierno del pueblo" accediese al poder.
 
 En dicho plan se incluía la disolución de las FF. AA. y su reemplazo por las milicias populares; por último, una serie de comunicados en los cuales se detallaban las organizaciones políticas, gremiales, estudiantiles y educacionales que se adherían al movimiento insurreccional subversivo y a la toma del poder nacional.
 Consolidada la primera fase de la operación (toma del cuartel) comenzaría la fase agitación popular con la ayuda de altavoces que poseía el grupo de apoyo externo, justificando su actitud de que la toma de la unidad militar era para desalojar a rebeldes adictos al teniente coronel Rico y al coronel Seineldín que tenían el propósito, según el grupo subversivo del Movimiento Todos por la Patria (MTP), de dar un golpe de estado. Para ello, los terroristas tenían impreso una gran cantidad de falsos volantes en los cuales los citados militares llamaban a la rebelión contra el Gobierno de la Nación. Dichos panfletos también fueron secuestrados al grupo atacante junto con el resto de la documentación ya indicada.
 
 A partir de lo planificado y con posterioridad a la toma del cuartel, la agitación popular que pretendían lograr estaba destinada a convocar una marcha multitudinaria, desde varios puntos de la Capital Federal, Gran Buenos Aires y aun del interior del país, para dirigirse a Plaza de Mayo y ocupar la Casa Rosada. Esto se haría para evitar el supuesto golpe de estado de Seineldín y de Rico.
 
Si esta operación hubiera tenido éxito, igual actitud se habría adoptado en otras zonas del país, particularmente en Rosario y Córdoba, lugares donde se comprobó que existían grupos similares al que actuó en La Tablada el 23 de enero.
 
La reacción inicial de la Policía de la Provincia de Buenos Aires que de inmediato estableció un cerco de las unidades tomadas, y el progresivo regreso de personal franco destinado a la unidad y subunidad del cuartel que por la parte posterior accedió al empleo de algunos vehículos blindados estacionados en las instalaciones correspondientes, impidieron concretar la parte inicial del plan subversivo previsto que, sintéticamente, consistía en tomar la unidad, apoderarse de armamento y munición, distribuir los supuestos panfletos de Seineldín y Rico y posteriormente retirarse del cuartel para iniciar la segunda fase: agitación popular.
 
 A esta altura de los acontecimientos, encontrándose cercados los elementos subversivos, el Estado Mayor General del Ejército, con autorización del presidente de la Nación, Dr. Raúl Alfonsín, ordenó el traslado y posterior empleo de efectivos militares y de Gendarmería Nacional bajo las órdenes de un comando unificado, en la persona del general de brigada Alfredo Arrillaga, quien se desempañaba como Inspector General del Ejército.
 
 Las acciones militares se llevaron a cabo durante todo el día 23 y hasta las 10.30 del día 24 de enero, oportunidad en que, ya abatidos la mayor parte de los subversivos que siguieron combatiendo hasta la hora indicada, se materializó la rendición de 14 de ellos, uno de los cuales (una mujer) falleció a los pocos minutos como consecuencia de las heridas recibidas. Junto con esta rendición se produjo la liberación de los rehenes (suboficiales) que mantenían en su poder los integrantes del MTP que aún permanecían con vida.
 Por expresa orden del Presidente de la Nación, el personal detenido fue puesto a disposición del juez federal correspondiente, Dr. Larrambebere, quien de inmediato se hizo presente en el lugar de los hechos.
 
 El saldo de muertos de propias tropas fue de nueve integrantes del Ejército Argentino y dos de la Policía de la Provincia de Buenos Aires. La cantidad de heridos y mutilados alcanzó a treinta y siete hombres, algunos de ellos de suma gravedad y otros con lamentables mutilaciones corporales (pérdida de ambas piernas, pérdida de un ojo, etc.).
 
La identificación de muertos y detenidos, secuestro de documentación, armamento y munición utilizada -en su mayoría de origen ruso y chino- y gran cantidad de bibliografía y material ideológico capturado a los subversivos, permitieron determinar fehacientemente que el grupo, integrado en su mayoría por el Movimiento Todos por la Patria (MTP), era un desprendimiento del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), liderado por Enrique Gorriarán Merlo y con la participación, en este operativo, de elementos pertenecientes a las siguientes organizaciones:
Partido de la Liberación (PL)
• Movimiento de Liberación 29 de Mayo (ML-29)
• Montoneros (Columna Sur-Oeste)

Personal militar fallecido en la recuperación de los cuarteles de La Tablada
 
Mayor Horacio Fernández Cutiellos (h)
 Nació el 27 de setiembre de 1951, en la provincia de Corrientes. Ingresó al Colegio Militar de la Nación el 1º de marzo de 1968, y egresó como subteniente de infantería el 17 de diciembre de 1976. Cursó la Escuela Superior de Guerra de donde egresó como Oficial de Estado Mayor. Además tenía la especialidad de paracaidista militar.
 Su último destino fue como 2do. jefe del RI Mec. 3, lugar donde fue asesinado el 23 de enero de 1989. Fue ascendido post mortem al grado de teniente coronel.
 Ni bien se inicia el ataque al cuartel, el mayor Fernández Cutiellos, que había pernoctado en la plana mayor de la unidad, al tomar conocimiento de lo que estaba ocurriendo comienza a disparar contra los subversivos que podía observar. Esta actitud llevada a cabo desde la jefatura de la unidad, impidió la toma de la compañía comando y del edificio de la plana mayor.
 Siendo aproximadamente las 7.20  logra comunicarse con el jefe del regimiento, teniente coronel Jorge Luis I. Zamudio y le informa que el ataque al cuartel está siendo llevado a cabo por elementos subversivos. Dicho jefe, desde su domicilio, se comunica telefónicamente con el CENOPE (Centro de Operaciones del Ejército del EMGE) enterándolos de la situación y de inmediato se traslada a la zona del cuartel.
 Conjuntamente con otros oficiales y suboficiales que regresaban de franco ingresan por los fondos del cuartel para intentar la recuperación. En horas de la tarde, aproximadamente a las 14.30, el teniente coronel Zamudio mientras intentaba reconocer a pie la entrada lateral del casino de suboficiales, ocupado por los subversivos, es herido gravemente por un disparo en la espalda.
Mientras estas acciones se llevaban a cabo el mayor Fernández Cutiellos efectúa desplazamientos para poder continuar el fuego hacia la guardia de prevención, en poder de los subversivos. Encontrándose en la entrada principal de la jefatura, que da a la plaza de armas, fue alcanzado por un disparo en la espalda, cayó hacia adelante, donde fue ultimado por un disparo de Itaka en el rostro. Con su actitud había impedido, hasta el momento de su muerte, que los terroristas accedieran al edificio de la jefatura, donde se encontraba el centro de las comunicaciones alámbricas y radiales.
 
Teniente Ricardo Alberto Rolón
 Nació en la ciudad de Buenos Aires el 11 de diciembre de 1963. Ingresó al Colegio Militar de la Nación el 16 de febrero de 1982, y egresó como subteniente de infantería el 13 de diciembre de 1985.
 En el grado de teniente realizó el curso de comandos obteniendo dicha especialidad.
 Su último destino fue la Compañía de Comandos 601 con asiento en Campo de Mayo.
 Fue ascendido post mortem al grado teniente 1ro.. El citado oficial era de estado civil soltero.
 Durante la noche del 23 al 24 de enero, aprovechando la oscuridad, el teniente Rolón conjuntamente con personal de su compañía, utilizando un vehículo blindado logran acercarse al casino de suboficiales, último reducto de los terroristas que aún combatían. Logran acceder al primer piso y al tratar de irrumpir en el dispositivo de los subversivos es descubierto y abatido por un nutrido fuego de armas portátiles. Su cuerpo gravemente herido es recuperado por el personal que lo acompañaba y evacuado al Hospital Militar Central, donde fallece.
 
Sargento ayudante Ricardo Raúl Esquivel
 Oriundo de la provincia de Santa Fe había nacido en la ciudad de Rosario, su último destino fue el Colegio Militar de la Nación.
 Estaba casado con la señora Ana María Bessone y tenía un hijo. Fue ascendido post mortem al grado de suboficial principal
 En oportunidad que se trataba de recuperar una compañía en poder de los subversivos, el sargento ayudante Esquivel participaba de dicha acción. Ante la imposibilidad de que una ambulancia que transportaba dos heridos pudiese cruzar la zona en la cual se estaba combatiendo, el citado suboficial se hizo cargo de dicho traslado al puesto de socorro, circunstancia en que recibe un disparo que le ocasiona la muerte. 

Sargento Ramón Waldimiro Orué
 Nació en la provincia de Formosa. Tenía la especialidad de comando y al producirse el hecho en La Tablada revistaba en la Compañía Comando 601 con asiento en Campo de Mayo, subunidad que participó activamente en la recuperación de las instalaciones
Era casado y no tenía hijos. Fue ascendido post mortem al grado de sargento 1ro.
 El sargento Orué formaba parte del cerco instalado en la noche del 23 al 24 de enero, alrededor del casino de suboficiales donde aún permanecía un importante grupo de terroristas tratando de resistir el ataque de propia tropa. Dos subversivos tratan de huir del lugar, el sargento advierte la maniobra, los intercepta y se produce un intercambio de disparos. Los dos delincuentes terroristas son abatidos y el sargento Orué es herido de gravedad. Se lo trasladó al Hospital Militar Central. Luego de varios días de sufrimiento, falleció el 2 de febrero de 1989. 
Cabo Primero José Gustavo Albornoz
 Nació en la Capital Federal y falleció cuando sólo contaba 24 años. A su egreso de la Escuela de Suboficiales Sargento Cabral como cabo de infantería, fue destinado al RI 8 con asiento en Comodoro Rivadavia, donde prestó servicios durante tres años. Posteriormente fue destinado al RI Mec. 3, lugar donde murió combatiendo contra el grupo subversivo del MTP que copó la unidad.
 Estaba casado y era padre de un hijo de apenas un mes de vida.
 Al iniciarse el ataque a la guardia de prevención, ya en poder del grupo subversivo, con la finalidad de rescatarla, el cabo 1ro. Albornoz, con personal de la guardia que tenía como misión resguardar el polvorín de la unidad, se adelanta a su fracción, siendo sorprendido por el fuego de los terroristas que le producen la muerte. Ante esta situación los soldados se repliegan hacia las caballerizas y parque de automotores, oportunidad en que también es alcanzado por el fuego enemigo el soldado Grillo, produciéndole la muerte. 
Soldado clase 1969 Héctor Cardozo
 Revistaba en el RI Mec. 3. Mientras permanecía como rehén en el casino de suboficiales tomado por los elementos subversivos, el fuego de artillería de propia tropa produjo el derrumbe de una pared que lo aplastó produciéndole la muerte. En tal circunstancia el soldado Cardozo estaba socorriendo a otro soldado que se encontraba herido y que no podía desplazarse, dada la confusión reinante entre los terroristas como consecuencia del intenso fuego que estaban recibiendo.
 Posteriormente el cuerpo del soldado Cardozo fue utilizado como escudo por los subversivos que aún permanecían en el casino. 
 
Soldado clase 1969 Martín l. Díaz
 Pertenecía al RI Mec. 3. Desempeñándose como centinela apostado defendió su puesto hasta ser abatido por el grupo terrorista con un disparo en el pecho. 
Soldado clase 1969 Roberto Taddía
También pertenecía al Regimiento y al producirse el ingreso de los atacantes por la guardia de prevención mediante el empleo de varios vehículos, el soldado Taddía se encontraba barriendo las inmediaciones de dicha dependencia. Fue asesinado mientras tenía una escoba en la mano. Fue el primer muerto de La Tablada. 
 
Soldado clase 1969 Julio D. Grillo
Revistaba en el RI Mec. 3. Formaba parte de una patrulla que trataba de evitar que el parque de automotores donde estaban los vehículos blindados cayese en poder de los atacantes; recibió un impacto de bala efectuado por éstos lo cual le produjo la muerte. 
 
Documentos capturados
 Proclama del MTP a difundir en el caso que tuviese éxito la primera fase de la operación.
 Proclama del grupo subversivo MTP que darían a conocer a través de emisoras radiales:
 
 “El ejército de Seineldín y Rico, se sublevó de nuevo. Quieren dar un golpe de estado. Quieren asesinar a todos los que no aceptan vivir bajo las botas. En la medianoche de hoy, los carapintadas se sublevaron en el Regimiento Tres de Infantería de La Tablada. Allí se preparaban y habían empezado a marchar contra la Casa Rosada. Iban a asesinar a todos los que se le opusieran. Como ya mataron a más de 30 mil compatriotas durante la dictadura militar. Todos sabían que los milicos conspiraban y preparaban esto. Pero nadie hacía nada en concreto para pararlos.
 Ya estamos hartos de la prepotencia de los milicos. Hartos de sus crímenes y de sus robos, que después tenemos que pagar todos. Hartos que nos impongan la injusticia social. Hartos de que no nos dejen vivir en paz. El pueblo se alzó contra ellos. El pueblo de los alrededores de La Tablada ya ha recuperado el cuartel sublevado. Lo dirige este Frente de la Resistencia Popular que se formó allí mismo. Tomamos las armas de los amotinados y les incendiamos su cuartel. Basta de milicos asesinos. En Semana Santa, en Villa Martelli, cantábamos: "Si se atreven les quemamos los cuarteles". Los milicos empezaron de nuevo, y esta vez sí les quemamos el cuartel de La Tablada
 Como siempre en la historia de la Patria, el pueblo hizo verdaderas proezas. Al saber que los carapintadas lo habían tomado, el pueblo entró en masa al cuartel. Mujeres, jóvenes, hombres del pueblo atacaron con revólveres, con escopetas, con piedras y palos. Hicieron trincheras, tiraron bombas molotov. Frente a tanto heroísmo, algunos de los soldados y algunos suboficiales dieron vuelta sus armas y junto al pueblo participaron de la ejecución de los oficiales traidores.
 Una columna de carapintadas había salido del cuartel con rumbo a la Casa de Gobierno.  Pero el pueblo armado levantó barricadas y luego la aniquiló.
 Ahora es el pueblo el que ha ocupado la casa Rosada. Vamos a impedir que Seineldín, Rico y los otros traidores den el golpe de Estado. Vamos a impedirles que remachen la injusticia social, que le impongan más hambre todavía al pueblo. Vamos a impedirles repetir lo que hicieron en el 30, en el 55, en el 66 y en el 76.
 El pueblo quiere un nuevo sistema de libertad y de justicia social. Sin milicos asesinos, ni políticos corruptos, ni ladrones de la patria financiera. Vamos a formar un verdadero gobierno del pueblo. Para que no se avergüence y no arrugue ante los militares. Ni de cuatro ladrones de las mesas de dinero, que se hacen ricos a costa de nuestro sudor. Vamos a hacer un gobierno del pueblo que garantice el trabajo, la producción y la dignidad de la inmensa mayoría de los argentinos. Vamos a terminar con este Ejército que no sirve para nada, que sólo tiene coraje con la picana eléctrica en la mano y se caga y se rinde ante los ingleses en Malvinas. Vamos a terminar con este Ejército que sólo sirve para esclavizarnos y para asesinarnos. El gobierno del pueblo declara disuelto el Ejército profesional y traidor. Ahora lo reemplaza el pueblo en armas. Los soldados y suboficiales únanse al pueblo; ejecuten a sus oficiales traidores. O váyanse de los cuarteles. El que se quede en un cuartel está con los verdugos del pueblo.
 Este Frente de la Resistencia Popular exhorta a todos a cumplir con el artículo 21 de la Constitución Nacional, que manda: "Todo ciudadano está obligado a armarse en defensa de esta Constitución". Vamos a armarnos a los cuarteles y a terminar para siempre con esta lacra. Vamos a imponer para siempre en la Argentina la soberanía del pueblo, sólo la voluntad del pueblo. No hay nada por encima de ella en la Nación. Vamos a la Plaza de Mayo para empezar una nueva Argentina, sin milicos traidores y asesinos. Sin políticos corrompidos.
 Vamos pueblo argentino, con dignidad y sin miedo, que somos más fuertes que ellos y que la historia nos da la razón. Vamos a Plaza de Mayo. Llamamos a todos, a todos:
a las madres que no quieren ver de nuevo caer a sus hijos bajo la represión o desaparecidos, ni vendidos por jefes cobardes en otra guerra como la de Malvinas;
a los jóvenes que no pueden estudiar ni trabajar porque el actual sistema no les da cabida y sólo se acuerda de ellos para perseguirlos en los barrios o asesinarlos;
 a los jóvenes que estudian o trabajan, pero saben que no tienen ningún futuro; que el título que obtengan no les va a servir para nada y que van a tener que trabajar como esclavos para mal vivir; 
 a los trabajadores que viven cada vez más en la miseria, amargados porque no pueden hacer vivir con dignidad a su familia, no la pueden alimentar ni vestir bien, que gastan gran parte de su salario sólo en viajar, que no pueden pagar la luz, que ahora tampoco tienen, que ven a sus hijos expuestos a las enfermedades, morir por el agua contaminada, que viven desesperados porque sus fábricas cierran mientras se enriquecen los ladrones, la mafia de las mesas de dinero;
 a los desocupados, que necesitan trabajar para poder cuidar de su familia, para poder ser seres humanos;
 a los jubilados, que después de trabajar toda la vida reciben una jubilación o una pensión de hambre, y que quieren pasar con decoro sus últimos años;
por nuestro hijos, que necesitan crecer con afecto y seguridad, para no heredar toda esta tremenda injusticia;
 a los industriales nacionales, que se ven absorbidos por las grandes corporaciones, por los monopolios y que están ahorcados por las altas tasas de interés;
a los productores agropecuarios, que reciben una paga miserable por su producción y que son explotados por los intermediarios, que se enriquecen a costa del duro trabajo del hombre de campo;
 a los habitantes de los asentamientos, que les niegan el techo y la tierra para levantar una casa para su familia;
 a los comerciantes, que son víctimas de los precios abusivos de los intermediarios y los monopolios que dominan el mercado;
a los profesionales y técnicos, que necesitan que el país se desarrolle para prestar sus servicios y vivir con honradez;
 a los intelectuales y artistas, a los que los milicos siempre les quitan la libertad para expresarse en sus canciones, sus películas, sus libros y sus pinturas;
a todos, a todos los que quieren vivir en paz para siempre, con justicia social y con libertad garantizadas para siempre;
a todos, a todos los convocamos a reunirse en Plaza de Mayo para imponer el gobierno del pueblo; a rodear los cuarteles, cortarles el agua y la luz; impedir que los milicos asesinos salgan de ellos, levantar barricadas, controlar las calles y los barrios, hacerse cargo del poder en todas partes, unidos contra el golpe de Estado, unidos por la justicia social y la libertad.”
 
Se agradece la gentileza de Prensa Nacional Alternativa. 

✒ | Buscando Historia. Prof. Lic. Ricardo Darío Primo. 

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