3.7.05

"Sin la ayuda chilena, para los británicos habría sido más difícil"


Definiciones del investigador británico


 Lawrence Freedman, el autor del libro con la versión oficial británica sobre la guerra de Malvinas, dio una entrevista a la revista chilena Qué Pasa, publicada ayer, donde se refirió al papel que cumplió el país gobernado por el dictador Augusto Pinochet durante el conflicto. No sólo aportó apoyo para asuntos de inteligencia, como se creía hasta ahora, sino que también respaldó operaciones militares concretas:


 "Los británicos sabían de la tensión existente entre Santiago y Buenos Aires y pensaron de inmediato en obtener cooperación en Chile. Posiblemente Chile también lo consideró muy pronto", sostuvo Freedman. 

 "Un agente especial británico —relató— fue enviado a Santiago para llevar a cabo las negociaciones con Chile. Llegó el 14 de abril, doce días después del inicio de la guerra. Ese agente fue clave de todos los contactos durante los siguientes dos meses... fue el oficial Sidney Edwards, comandante de la Fuerza Aérea Británica."

 "La información entregada por los radares chilenos fue importante."

 "El avión de reconocimiento Nimrod comenzó a operar desde la isla de San Félix (en el Pacífico chileno) en mayo. El avión podía realizar varios viajes, reabasteciéndose en una base aérea en Concepción, y luego volar por el espacio chileno hacia el Atlántico Sur. La nave podía obtener información útil fuera del alcance de los radares argentinos. El uso de la pista de la isla San Félix fue un pedido expreso de Londres a Chile."

 "Se sugería que la posición del crucero General Belgrano (hundido el 2 de mayo del 82) pudo haber sido entregada a Gran Bretaña por Chile. Yo puedo creer que sí, pero no hallé nueva información que lo ratificara. No tengo evidencias", dijo.

 "La opción de instalar una base británica en Tierra del Fuego (que habían analizado los ingleses) no fue conversada con Chile. Era una muy mala idea. Surgió muy al principio y no pasó mucho tiempo antes de que los mandos militares se dieran cuenta de que era poco realista. Y volvía a Chile muy vulnerable a ser atacado por la Fuerza Aérea argentina."

 El 20 de mayo de 1982 cayó un helicóptero británico Sea King cerca de Punta Arenas, en Chile. Los carabineros chilenos dieron con sus tripulantes, que luego fueron enviados a Londres. Freedman reveló que junto a esos tripulantes abandonaron Chile ocho agentes de las Fuerzas Especiales Británicas "que debían destruir una base argentina en Tierra del Fuego".

 La tarea de esos agentes era "hacer una operación de reconocimiento para ver si podía atacar los aviones Super Ettendart argentinos sorpresivamente. Pero la operación salió mal a causa del mal tiempo, y aterrizaron en un lugar equivocado". ¿Las autoridades chilenas sabían que esta operación se produciría? "Algunos tenían que estar informados", fue la lacónica respuesta de Freedman.

 "El gobierno británico quedó muy agradecido de la ayuda dada por Chile. Yo lo pongo de esta manera: si no hubiera habido cooperación chilena el resultado habría sido el mismo, pero habría sido más difícil. En ese sentido —concluye Freedman—, la ayuda chilena no cambió el destino de la guerra, pero claramente ayudó."

✒ Redacción Clarín | Domingo, 3 de julio de 2005.

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